Barcelona atletico de bilbao

Lo que hace un gol, aunque sea de rebote. Apareció la veteranía, sí, pero también la juventud. Lamine no había estado fino en la acción del gol local, y esa espinita se la sacó a lo grande para darle la vuelta al partido. Golazo del canterano, que no se nos olvide, de 16 años. Controló en el carril diestro, centró con el balón enganchado a los pies y soltó un extraordinario zurdazo. Lo hubiera firmado, seguro, el propio Leo Messi. Corrió su banda, se centró y la cruzó.

Gran tanto del joven internacional. Pero ni por esas. Nico Williams, al que siempre hay que atar muy en corto porque es peligrosísimo, tuvo todo el espacio y tiempo del mundo ante Koundé y Lamine para centrar y ponérsela de lujo a la cabeza de Sancet.

Guruzeta cabeceó alto. El Barça necesitaba sacarse el agobio de encima y rozó otro vuelco del partido cuando Lewandowski vio a Lamine desmarcado en carrera, pero el canterano no acertó a resolver el uno contra uno ante Aguirrezabala. Se le marchó desviada. Cubarsí, de nota, reemplazó a Christensen. Ninguna tan, tan clara como la de Lamine en el 85' tras quitarle el balón a Paredes pero chutar muy alto y desviado. Se puso las manos a la cabeza el de Rocafonda.